En una operación conjunta, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP) de Sonora, en colaboración con el Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), localizaron un narcotúnel en San Luis Río Colorado, Sonora. Este pasaje subterráneo, de aproximadamente cinco metros de longitud, permitía el cruce clandestino bajo el muro fronterizo hacia San Luis, Arizona.
El hallazgo se produjo durante recorridos de vigilancia en la zona desértica de Altar, una región caracterizada por su terreno inhóspito y áreas deshabitadas, lo que ha facilitado actividades ilícitas como el tráfico de drogas y personas. Las autoridades encontraron herramientas de excavación, como palas y barras, ocultas bajo hojas de madera y maleza, evidenciando la intención de mantener el túnel en funcionamiento sin ser detectado.
Desde 1990, se han descubierto más de 230 túneles a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, utilizados principalmente por organizaciones criminales para el trasiego de drogas y personas. La región de San Luis Río Colorado ha sido escenario de disputas territoriales entre facciones del Cártel de Sinaloa, como "Los Chapitos" y "Los Rusos", quienes buscan controlar estas rutas estratégicas para el narcotráfico.
La construcción de estos túneles refleja la capacidad logística y los recursos de las organizaciones criminales, que buscan evadir la vigilancia fronteriza y las barreras físicas. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para detectar y desmantelar estas estructuras, su proliferación indica la persistencia de métodos sofisticados para el tráfico ilícito.
La colaboración binacional ha sido fundamental para enfrentar este desafío. Operativos como la "Operación Plaza Spike", lanzada en abril de 2024, buscan combatir el tráfico de fentanilo y otras drogas a través de la frontera entre Sonora y Arizona, enfocándose en desmantelar las redes delictivas responsables de estas actividades.
El descubrimiento de este narcotúnel subraya la necesidad de fortalecer la vigilancia y la cooperación internacional para enfrentar las tácticas cada vez más elaboradas de las organizaciones criminales. La utilización de tecnologías avanzadas, como drones y sistemas de detección subterránea, junto con estrategias de inteligencia compartida, son esenciales para anticipar y neutralizar estas amenazas a la seguridad en la región fronteriza.
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