El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció su renuncia como líder del Partido Liberal y jefe de gobierno, marcando el fin de casi una década en el poder. La decisión, que deja al país en una coyuntura política crucial, se produce tras un creciente descontento interno y una caída en las encuestas que ponen en desventaja a su partido frente a los conservadores.
"Este país merece una opción real en las próximas elecciones, y me ha quedado claro que si tengo que librar batallas internas, no puedo ser la mejor opción en esas elecciones", declaró Trudeau en una conferencia de prensa celebrada este lunes.
Durante su mandato, iniciado en 2015, Trudeau abogó por políticas progresistas y logró avances significativos en áreas como la legalización del cannabis, el fortalecimiento de la clase media y la igualdad de género en su gabinete. Sin embargo, los últimos años han estado marcados por tensiones dentro de su partido, desacuerdos en torno a su política fiscal y una percepción de estancamiento en el Parlamento canadiense.
La reciente renuncia de Chrystia Freeland, viceprimera ministra y una de sus más cercanas aliadas, evidenció la fractura interna en el Partido Liberal. Freeland dejó el gabinete tras rechazar los planes de Trudeau de aumentar el gasto público, lo que incrementó las críticas hacia el primer ministro.
A pesar de los desafíos, Trudeau continuará en el cargo hasta que su partido elija a un nuevo líder, proceso que podría extenderse durante varios meses. Mientras tanto, el Parlamento canadiense permanecerá suspendido hasta marzo, una decisión que, según Trudeau, busca dar tiempo para reconfigurar las dinámicas legislativas y evitar mociones de censura anticipadas.
El líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, ha capitalizado el descontento ciudadano, posicionando a su partido como una alternativa sólida de cara a las próximas elecciones, previstas para octubre de 2025.
Las encuestas recientes indican un declive en la aprobación de Trudeau y un repunte significativo en el apoyo a los conservadores, lo que podría precipitar una convocatoria electoral anticipada.
La renuncia de Trudeau no solo marca un punto de inflexión para el Partido Liberal, sino que también redefine el panorama político canadiense en un contexto de crecientes desafíos económicos, sociales y diplomáticos.
Con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, listo para asumir el cargo el próximo 20 de enero, la transición en el liderazgo canadiense tendrá un impacto significativo en las relaciones bilaterales y en la cooperación regional.
La política canadiense entra en una etapa de incertidumbre, donde las decisiones que tome el Partido Liberal en los próximos meses serán cruciales para su futuro y el del país.
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