El inicio del Año Nuevo es un momento de celebración y reencuentro familiar para muchos, pero para aquellos que trabajan en el sector de la salud, el cambio de año representa un compromiso inquebrantable con sus pacientes.
Este es el caso de Edgar Ibarra González, enfermero con 13 años de experiencia en el Hospital General Regional No. 2 “Dr. Guillermo Fajardo Ortiz” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ciudad de México, quien por cuarto año consecutivo recibirá el 2025 trabajando, junto a sus compañeros, en el turno nocturno.
Atención y responsabilidad en la nochevieja
El hospital de Villa Coapa será el escenario donde Edgar pasará la última noche del año, atendiendo a pacientes de la unidad de Traumatología y Ortopedia, en su mayoría mujeres en recuperación de accidentes. A pesar de la carga emocional y física que implica trabajar en fechas festivas, Edgar se mantiene firme en su vocación, entendiendo que su labor no solo es médica, sino también emocional, ya que muchos de los pacientes, especialmente las personas mayores, atraviesan momentos difíciles lejos de sus seres queridos.
“Mi mamá fue enfermera y trabajó muchos años en turno nocturno, en Navidad y Año Nuevo. Nos enseñó a seguir su ejemplo y a cuidar de nuestros pacientes”, expresó Edgar, dejando claro que la vocación de servicio corre en su familia.
El Hospital General Regional No. 2, en el que Edgar laborará, contará con un equipo de 75 enfermeros y enfermeras que cubrirán el turno nocturno, atendiendo a las necesidades de cientos de pacientes. En total, 877 trabajadores del sector salud estarán al servicio de los habitantes de la Ciudad de México, brindando atención en diversas especialidades en la noche del 31 de diciembre.
El desgaste personal y la solidaridad del equipo
Las palabras de Edgar reflejan el espíritu de trabajo que prevalece entre los profesionales de la salud, quienes, en ocasiones, deben sacrificar momentos importantes con sus familias. “Es complicado no estar con mi esposa y mis hijos, pero nos organizamos. Hacemos una comida antes de mi turno y compartimos abrazos y regalos”, comenta Edgar, quien destaca la dificultad emocional de estar en servicio mientras su familia celebra.
El desgaste que implica pasar las festividades lejos de la familia es una realidad en el sector salud. Sin embargo, Edgar señala que el apoyo mutuo dentro del equipo de trabajo es vital para sobrellevar estos sacrificios. “En estos momentos difíciles, el reconocimiento entre compañeros es esencial. En la noche, nos hacemos un pequeño brindis, nos abrazamos y compartimos lo que podamos. Sabemos que, aunque sea por unos minutos, ese gesto hace la diferencia”, afirma Edgar.
Además, el área de Dietología y Nutrición del hospital se encarga de ofrecer alimentos especiales para el turno nocturno, como ponche y té, para hacer que los pacientes y el personal se sientan lo más cómodos posible. La música suave de temporada también se utiliza como parte de la ambientación, buscando crear un entorno cálido y reconfortante.
Un llamado a la unidad y al compromiso
Edgar también extiende un mensaje a sus compañeros de profesión, instándolos a mantener el ánimo y a dar lo mejor de sí, recordándoles que son parte de una gran familia IMSS, que, más allá de las dificultades, se une para garantizar el bienestar de la población.
“En esta noche especial, todos somos un equipo. A veces no podemos compartir todos los momentos con nuestras familias, pero sabemos que estamos haciendo lo más importante: cuidar de nuestros pacientes”, concluye Edgar.
La historia de Edgar Ibarra González y de los cientos de enfermeros y enfermeras que trabajarán en el turno de Año Nuevo refleja la dedicación y entrega de los profesionales de la salud, quienes, aún en las festividades, están comprometidos con el bienestar de los mexicanos. Estos héroes invisibles hacen posible que, mientras muchos celebran, el sistema de salud siga funcionando, salvando vidas y ofreciendo apoyo a quienes más lo necesitan.
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